El CO2 es un gas que se produce naturalmente en algunos procesos biológicos y también se absorbe en otros, como la fotosíntesis. El equilibrio entre estos procesos garantiza niveles adecuados de CO2 en la atmósfera, necesarios para la vida.
El CO2 es uno de los gases que causan el efecto invernadero, por lo que una concentración excesiva de CO2 en la atmósfera aumenta este efecto y, por lo tanto, la temperatura de la tierra, produciendo el calentamiento global.
En la actualidad, los niveles de CO2 en la atmósfera han crecido significativamente, probablemente debido a la actividad humana y al uso de combustibles fósiles. Esto ha llevado a los estados e instituciones a participar en la reducción drástica de las emisiones.
Por otro lado, el CO2 tiene una utilidad y un valor prácticos en numerosos procesos industriales, por lo que su recuperación y reutilización tiene efectos beneficiosos tanto ambiental como económicamente, ya que por un lado se evita la emisión a la atmósfera y por otro se puede obtener un beneficio económico.